sábado, 7 de marzo de 2015

desde el tren. 7 de marzo. Sentirnos hermanos.




Buen día nos de Dios.

Cuando uno siente en su corazón que Dios es nuestro Padre y todos somos hermanos vamos caminando por la vida con la confianza que nos da nuestro Padre Celestial.

Entre hermanos no hay extraños pues todos formamos parte de la misma Familia: La del Señor. Entre verdaderos hermanos no hay resquicio a la soberbia de corazón ni al orgullo malsano. Los verdaderos hermanos siempre están esperando para recibirnos con los brazos abiertos porque en sus corazones no alberga ningún tipo de maldad que afea y ensombrece el alma.

Y es verdad, porque cuando estamos entre hermanos una corriente de amor fraterno fluye entre nosotros que nos hace unirnos y abrazarnos aunque no nos hayamos visto de antes.

Dios nos incluye en un Libro de Familia tan amplio que nuestra cortedad hace que no seamos conscientes de su importancia pues Él quiere que nosotros queramos a todos como lo que somos: HERMANOS.

¡Qué fácil sería todo y que bien se viviría en este mundo si hiciéramos más caso a Dios y menos al Maligno y sus secuaces!

Este sentimiento de fraternal amor es el que siento cuando veo y estoy con hermanos en una misma fe que nos une en comunión y estos sentimientos que son verdaderos lazos que unen almas es el que siento cada vez que veo y hablo con mi hermano Joaquín Seco Hernández porque un abrazo desde la calidez del Padre Bueno que nos ama y une dice más que mil palabras.

A todos vosotros os doy las gracias por ser mis hermanos en la fe que nos une en un mismo Amor, en un mismo querer. 

Dios siempre sobre todas las cosas.

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