Buen día nos de Dios.
Cuando llueve, como ahora en esta particular parte del mundo, coge el paraguas para no ponerte chorreando.
Paraguas para que te cubra de la insidia, maledicencia, persecución, ofensas, mala educación, falta de respeto, ignominia, mensajes interesados, de las malas praxis, de la falta de calor humano, de falta de la caridad, insanos intereses, de la envidia, del daño gratuito que es el que más duele...
Paraguas para detener lo que piensan con maldad de ti, los que no te puedan ver por ser coherentes, por lo que han hecho por ti en un determinado momento de la vida y tu solo le has respondido a base de ingratitudes que son las peores patadas, para los que siempre te critican por lo que haces y opinas mientras están sentados en sus poltronas sin dar la cara y hacer nada.
Paraguas para que la pestilente agua estancada que son algunas veces nuestros sentimientos no nos lleguen a afectar.
El agua que cae del Cielo es limpia y cristalina. Lo único que hace es mojarnos e incluso refrescarnos mente y pensamientos. A esa lluvia no hay que temerla sino agradecerla pues significa vida.
La lluvia que hay que tener en cuenta y protegerte de ella es la que sale de nuestro interior donde se alberga las malas intenciones e institutos. De esa hay que alejarse y abrir el paraguas.
Aunque no debemos olvidar que el mejor paraguas es Dios que siempre nos protege de todo mal y si sabemos acogerlo en nuestras vidas no permitirá que nos cale la maldad que muchas veces cae como una densa cortina de lluvia y que no nos quiere permitir que podamos siquiera avanzar.
Ya sabes, por si las moscas... ¡Coge el paraguas!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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