Buen día nos de Dios.
Alzo mi mirada hacia la cercana montaña que tengo frente a mi en mi bendito Villaluenga del Rosario y que aparece difuminada por una densa cortina de agua que refresca todo.
Hoy es Domingo de Pasión que es el anterior al de Ramos. Se va acabando la Cuaresma para dar paso a esos imprescindibles días en los que conmemoraremos la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Amado Jesús. Días para sufrir y sentir el dolor de los dolores de Cristo y su Madre María.
Hoy además es jornada electoral en Andalucía la primera de las tres que tendremos este 2015 donde se decidirá quienes dirigen los ayuntamientos, las autonomías y el Estado.
Hoy serán un día donde muchos quedarán contentos y otros bastante apesadumbrados aunque cuando finalice el domingo de pasión y también electoral veremos las caras de los políticos y nos transmitirán que ninguno ha perdido: Los que han ganando porque han ganado, los que han perdido y conseguido escaño por esto último, las sorpresas por las sorpresas y los que no consigan nada harán el sempiterno estudio y dirán que sus fuerzas van a más aunque sean residuales que si fuesen sensatos pensarían en su desaparición.
Hoy es domingo donde se proclama la gran Verdad que es Jesús y las grandes mentiras que son los políticos y la política.
Yo iré a votar y lo haré guiado por mi libertad de conciencia, de coherencia y de moderación pues así lo es mi carácter. No soy un hombre de extremos sino de amplios consensos y de tener amigos en todos los lugares y posiciones de opinión, creencias e ideológicas porque aprende de que el mundo que ha puesto Dios en nuestras manos no es blanco ni negro sin lleno de matices, de colores, opiniones y sensibilidades.
Voy a desvelar mi decisión, mi elección de forma pública y notoria para que lo sepan el mundo, mis amigos, los que me pueden seguir, querer e incluso de esos que les gustaría verme calladito y mudo: Yo Jesús Rodríguez Arias ELIJO A JESÚS.
Sí, elijo al Hijo de Dios que ha sido y sigue siendo el mayor y mejor servidor de todos, que se entregó a feroces martirios de palabras, gestos y hechos por todos y cada uno de nosotros, que sufrió una espantosa persecución, que todavía prosigue, fue humillado y despreciado entre lo suyos, que puedo decir que es lo que más duele, y brutalmente asesinado clavado a la ignominiosa cruz que después de cobijar tan excelso cuerpo se convirtió de un símbolo de muerte a una de Vida, de Fe, de Amor. ¡Qué grande es el Señor!
Y que Resucitó venciendo a la oscuridad de la muerte dando valor y sentido a todo y a todos. Eligió morir para que todos viviéramos en la Verdad y en la Libertad.
Sí, ayer, hoy y siempre elegiré a Jesús porque es apostar a caballo ganador al cual no le hacen falta encuestas, voceros, datos, escaños, carteras y poltronas para hacernos hombres y mujeres libres, dignos y con un corazón entregado al servicio de los demás que es la forma más auténtica y efectiva de sacar nuestros pueblos, nuestros países, nuestro mundo para adelante.
¿Y tú, a quién elegirás?
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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