Buen día nos de Dios.
Estamos inmersos en un continuo ambiente electoral donde todas las opciones y posiciones se muestran a las claras que le permiten sus intereses y partidos porque visto lo visto todo callan más de lo que dicen ofrecer.
Continuos mensajes, exceso de información, debates, tertulias, dimes y diretes continuos inundan el espacio en el que vivimos.
Hace mucho tiempo que no creo en ideologías sino en el pensamiento, hace mucho que dejé de confiar en los que ponen sus intereses en lo finito y se olvidan de la trascendencia.
No creo en ningún partido ni soy fiel a ninguna sigla porque yo solo creo en Dios y soy fiel a Él, así como a Cristo, María, la Santa Madre Iglesia como Esposa de Jesús, y después a mi mujer Hetepheres.
Lo demás son "lealtades" y si siento la más mínima contradicción entre las primeras y las segundas siempre por creencia, querencia y honor prevalecerá mis fidelidades a las lealtades.
Si soy hijo de Dios, pues lo tengo como Padre, y siento a la Iglesia como mi hogar SIEMPRE los defenderé incluso entregando mi humilde vida.
A Dios no se vota porque es Él el que nos ha elegido a nosotros para hacer Su Voluntad en todo momento y lugar, estemos donde estemos y hagamos lo que hagamos porque servir realmente al Señor se hace por medio de nuestros hermanos sin buscar ningún tipo de interés que ensucia y empobrece todo.
Nunca diré a nadie lo que debe o no votar porque eso entra en la intimidad de la propia conciencia cuya libertad debo respetar porque nuestro Padre Celestial nos hace y quiere Libres.
Os diré que medito profundamente esta cuestión ante Jesús en el Sagrario y os confesaré que cada vez siento más adentro cuando nos dice que nuestro Reino no es de este mundo.
Esta reflexión se la dedico a mi mujer Hetepheres por ser necesaria brisa fresca en un mundo demasiado pestilente, que oculta tanto e intoxica más.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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