Buen día nos de Dios.
Domingo reluciente, domingo soleado, domingo con cierto frescor que despierta, Domingo del Señor.
Hoy puede ser un día extraordinario para hablar del Señor a los que tengamos cerca, de las obras que diariamente hace en nuestras vidas, de como nos cuida, nos perdona, nos guía y nos aleja de todo mal.
¡Hablar de Dios es tarea tan fácil y tan complicada!
Presumimos de tener la "mejor" casa, el "mejor" coche", el "mejor" teléfono, el "mejor" portátil", las "mejores" relaciones..., Es decir, hablamos a diestro y siniestro de que lo nuestro es lo "mejor" a todos los que nos quieran escuchar.
Y teniendo lo MEJOR lo ACALLAMOS.
Teniendo a Dios, que es sin lugar a dudas LO MEJOR, no hablamos de Él, no presumimos de Su Amistad, no valoramos el Bien que hace en nuestras vidas, el Amor que desprende sobre todos nosotros.
¿Pero que nos está pasando? ¿Olvidamos lo que siempre deberíamos a recordar? ¿Nos da vergüenza? ¿No queremos que el mundo, nuestros amigos, familia, seres cercanos sepan que estamos orgullosos y bendecidos de tener a Dios en nuestras vidas?
El Cardenal Cañizares ha dicho que los jóvenes deben hablar de Dios hasta en las discotecas. ¡Y es verdad!
Desde las "discotecas" y en cualquier ámbito de nuestras vidas. Porque si nos pasamos el día hablando y hablando de todo lo bueno que tenemos no deberíamos acallar lo Mejor: ¡A Dios!
Hoy es el Día del Señor y es un día inmejorable para hablar a todos y con todos de Él.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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