Buen día nos de Dios.
La verdadera Paz y tranquilidad se encuentra cuando te hayas cobijado bajo la Luz del Sagrario.
Ayer lo comprobé al estar largamente con Cristo en Presencia Eucarística. Mas de hora y cuarto frente a frente en la íntima soledad y en absoluto silencio para hacer una profunda revisión de mi vida.
¡Es tan necesario desnudar el alma!
Y allí frente a frente me costó captar, con todo lo que llevo hacia adelante, lo que querías de mi y que era que notara la auténtica Paz de espíritu.
¡Cállate, cálmate! Sentí que me decías al corazón. ¡Cállate y escucha el silencio! Porque escuchando el silencio se escucha nitidamente a Dios.
Notar como el silencio, el sosiego, la paz inunda y traspasa tu cuerpo dedicado por completo al Señor pues no importa ni el tiempo ni la hora ya que lo más importante es Él.
Y verte, descubrir que puedes hacer más, los flancos que estoy descuidando, lo que se está consiguiendo que es obra de Dios que se manifiesta en mi vida de esta manera.
Tiempo para la entregada oración, la profunda meditación, la revisión de tu vida, actitudes, palabras, gestos, hechos y omisiones.
Tiempo ganado para ti al cobijo la Luz de Jesús es tiempo ganado pata tu día a día en tu particular camino de santificación.
Cuando terminó mi tiempo de soledad y silencio junto al Señor pude comprobar en mi mismo esa famosa de "que pronto se ha hecho tarde" aunque Contigo nunca es tarde porque eres Señor del tiempo, del Cielo y la Tierra.
¡Gracias Jesús por decime que me callara y disfrutara de tu Augusta Presencia!
Ahora voy a verte, necesito estar Contigo y que estés en mí.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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