Buen día nos de Dios.
Nos pasamos la vida mirando un horizonte casi siempre inalcanzable para nosotros y eso puede crearnos frustración e inseguridad en nosotros mismos.
Podemos las metas demasiado altas como si como si fuéramos capaces de salvar todos los obstáculos y llegar a la meta que nunca se termina por alcanzar.
El principal obstáculo es nosotros mismos es nuestra falta de fe.
Para conseguir llegar a esa ansiada meta hay que superar pequeñas pruebas todos los días porque cada triunfo nos hace más fuertes, nos da ilusión y alegría para superar la siguiente y así...
Cuando miramos tanto a ese precioso y bello horizonte al cual queremos alcanzar no contemplamos las dificultades, los sinsabores, los sufrimientos que deberemos soportar para conseguirlo.
Si tenemos fe en nosotros mismos sobre todo en Dios no habrá obstáculos que nos paren hasta alcanzar ese horizonte que se presenta ante nuestros ojos.
¡La fe mueve montañas y hace conseguir horizontes inimaginables!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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