Buen día nos de Dios.
Por mis continuas flaquezas, debilidades, por mi falta de fuerzas, por mis inseguridades, por mis fallos, despropósitos, por mis negaciones, por no abrir suficientemente los brazos, por no fiarme más de los demás y pensar mal en muchas ocasiones, por no tener la Bondad que debiera, ni ayudar más, por los resquicios de orgullo que me queda, por ser un humilde pecador que no merece ni levantar los ojos ante la inmensa grandeza.
Jesús, ten compasión de mí!
Para que sea mejor hijo de tu Augusto Padre, de tu Celestial Madre, y hermano menor tuyo.
Para que sea mejor marido, mejor hijo, hermano, amigo y peregrino de este terrenal mundo.
Para que todos los días cumpla con alegría mis obligaciones, responsabilidad, apostolado que forman parte de mi existencial misión.
Para que de una vez por todas sea más dócil y humilde de corazón haciendo de mi vida una continua entrega en todos los sentidos.
¡Jesús, ten compasión de mí!
Para que me aleje de la tentación, desprecie el pecado que ensucia mi alma, para ver a la persona en toda su dignidad y no me fije en su posición social, para que defienda la Vida como don tuyo que es olvidándome de mi mismo; para que sepa acatar y asumir Tú Bendita Voluntad como que es mejor para mi, que sepa beber del cáliz que tenga que beber y siempre para Tú Mayor Gloria.
¡Jesús, ten compasión de mí!
Para que sepa comprender que en cada día y cada noche de mi vida estas siempre conmigo por mucha tempestad, niebla, nubes en la que pueda estar inmerso.
Para que tenga siempre Sed y Hambre de Ti, para que la adoración en el Sagrario y comulgar Tu Sagrado Cuerpo sean para mi una necesidad espiritual y vivencial.
Para que sepa perdonar y ser perdonado mediante el necesario Sacramento de la Penitencia.
Para que amando a todos mis hermanos sean como sean te esté dando eterna gloria.
¡Jesús, ten compasión de mí!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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