Buen día nos de Dios.
Llueve y lo hace de forma constante, suave, como si no quisiera molestar, como si el sonido apenas audible de las gotas rompiendo en el suelo de nuestro patio en mi bendito pueblo de Villaluenga del Rosario quisieran formar esa armónica melodía que nos lleva a la tranquilidad y el sosiego del que estamos tan necesitados.
Llueve y se mire por donde se mire es un día que invita al hogar, al calor de hogar que aquí es más perceptible pues el calor que irradia los troncos quemándose en la chimenea hace que sea una auténtica invitación a sentirte, más si cabe, en el hogar.
Calor de hogar junto a la Familia, una buena conversación, una amena lectura, escribiendo las palabras que a lazos cazo a golpe de inspiración o en el más rotundo de los silencios meditando o rezando con los ojos cerrados al mundo y abiertos a la Vida.
Calor de hogar...
Somos unos auténticos privilegiados de tener un hogar que nos da ese calor que es algo más que no sentir el frío reinante, el algo más que una buena lectura, escribir, conversar, compartir, meditar porque el calor del verdadero hogar se consigue cuando te sientes en casa y en Familia aunque en la vida te encuentres solo siempre te sentirás acompañado.
Pero hay muchos que no disfrutan ni del calor ni del hogar porque las circunstancias de la vida no han podido experimentar ese privilegiado sentimiento y de los que en los momentos de placidez espiritual no debemos olvidarnos de ellos, de los que lo están pasando mal por la enfermedad, la soledad, la falta de recursos, la pobreza y desamparo que son situaciones que se ven cada segundo que dura el día y que desgraciadamente nos hemos ido acostumbrando.
Lo siento pero no puedo acostumbrarme a ver ni a familias ni a mendigos comiendo en contenedores de basura, contemplando como se desahucian a personas que van desde niños, jóvenes y ancianos porque por culpa de "esos que dirigen todo" los han abocado a la pobreza extrema y la desesperación, no puedo acostumbrarme a la soledad de muchos porque entre todos los hemos ido abandonando, que cada uno coja su parte proporcional de culpa, no me puedo acostumbrar que haya tantos que no tengan techo, ni hogar y menos calor.
Tampoco comprenderé como nos hemos ido alejando de esos hermanos nuestros que teniendo casa, no tienen hogar, que viven en soledad y abandono de sentimientos que es otra forma de pobreza, la del espíritu, la de las emociones y sufren mucho porque no ven sentido a nada porque parece que a nadie les importa.
Necesitamos que la revolución del Amor entre en cada poro de nuestro cada vez más seco corazón, que la mansedumbre y humildad de espíritu nos haga abrir los ojos a la realidad, la verdadera y no la que nos quieren "vender", de todo lo que está pasando, las víctimas propiciatorias de un mundo, de una sociedad alejada de Dios y de cuanto significa.
La Revolución del Amor absoluto llega por quien es verdadero Amor Absoluto: ¡Cristo! En el Corazón de Jesús cabe tanto que desprende Amor entregado hacia quienes se confían y en Él confían.
En un mundo ávido de revoluciones que hagan justicia y que a su vez se aleja cada día más de lo que esto en definitiva significa, en un mundo necesitado de recibir para dar, en un mundo hambriento de Amor que hace que vivamos en Paz con nosotros mismos, en este mundo tan seco como el terruño que espera las gotas vivas del agua de la lluvia, en ese mundo se debe hacer presente esa Revolución del Amor por quien es Amor en su expresión más absoluta: ¡Dios!
Y Dios se hará presente por medio de sus hijos que se han embebido en la Alegría que da Su Amor, que saben por experiencia de vida que nunca están solos, abandonados porque han encontrado el verdadero sentido del calor de hogar en el Abrazo Redentor con nuestro Padre Celestial que está lleno de Misericordia y Amor para todos los que se quieran acercar a Él y para los que no porque no olvidemos que Dios es Dios de Cielo y Tierra ya que en definitiva fue su Creador.
Hoy será por la lluvia, por que siento el calor de hogar físico y también espiritual he querido compartir con vosotros esta amplia, profunda y meditada reflexión la cual dedico a mi querida hermana Mamen Bonet Macias en el día de su cumpleaños a modo de mi particular felicitación.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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