Buen día nos de Dios.
Tenemos frente a nuestros ojos un nuevo amanecer que nos parecerá igual que el de ayer, que el de hace una semana o toda nuestra vida y en verdad es único e irrepetible como todos los días que van conformando nuestra existencia.
¡Piénsalo! Todo lo que hoy hagas es único aunque pueda parecer igual. ¡Esa es la grandeza de vivir!
Y si cada cosa que hagamos, contemplemos, reflexionamos, si nuestras palabras y silencios son únicos y no se van a volver a repetir porque cada instante, cada día es único, ¿Por qué no le damos importancia a lo hacemos, pensamos, decimos o callamos?
Dios nos vuelve a dar un día más para que lo vivamos plenamente y cada día, como ayer dije, es un regalo precioso y como tal único y exclusivo.
¡Aprovechemos cada instante de nuestro particular día para hacer el Bien, para ser ese brazo amigo donde agarrarse, esa palabra justa en el momento adecuado, ese silencio profundo que tanto acompaña, esa mirada perdida observando la grandiosidad del Señor que pone todos los días en nuestras vidas.
Sí, aprovechemos cada instante de este día donde todo es único y también irrepetible aunque pudiera parecer que hacemos lo mismo de siempre no es así.
Sé Feliz y que la Alegría inunde tu ser aunque muchas veces la tristeza, el hastío, la decepción y el cansancio sean rasguños en nuestra cicatrizada piel, pero hazlo por dos razones que te voy a dar: Porque Dios nos quiere siempre felices y alegres para anunciar Su Reino y porque, y mira que es Bueno, nos ha vuelto a regalar un día que no se volverá a repetir.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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