martes, 25 de noviembre de 2014

desde el tren. 25 de noviembre.




Buen día nos de Dios. 

Reconozco que no me gusta conducir, más si cabe siento verdadero pavor a solamente pensar poner mis manos en el volante. 

Algunas veces nuestra propia vida se parece a un automóvil el cual algunas veces transita por cómodas autopistas, otras por carretera estrechas de montaña llenas de dificultad y otros por cómodos caminos donde se divisa el campo; el mar o el monte dónde perdemos nuestras vidas en relajantes ensoñaciones. 

Aunque somos nosotros los que conducimos nuestro propio vehículo y lo llevamos según nos parece con total libertad donde algunas veces vamos sobrados de seguridad y otras nos da un miedo atroz coger el volante de nuestro propio vivir porque hemos pinchado o nos hemos quedado atascados en cualquier barrizal o se nos ha calado en plena pendiente. 

Entonces conectamos el "piloto automático" que es Dios y nos vuelve a salvar estemos en la circunstancia que estemos. 

Lo que pasa es que no podemos confiarnos porque siempre acabamos transitando por las mismas veredas y nos olvidamos de lo que significa la verdadera libertad. 

La libertad nos es hacer lo que nos de la gana cuando nos de la gana, sino libertad es ser responsable y coherente con tu forma de creer, pensar, hacer y opinar que aunque muchos coches nos adelanten sepamos que vamos por el buen camino. 

Libertad en definitiva Dios que nos hace Libres en la Verdad y así nuestras manos serán Sus Manos para guiar el auto de nuestra vida. 

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y Dios nos siga bendiciendo.

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