Buen día nos de Dios. Aunque ya llevamos unas horas que el luce por todos los rincones de este venturoso domingo Día del Señor, tenemos que recordar que la luz ha vuelto a vencer un día más a las tinieblas.
¿Cómo podemos vencer nosotros simples mortales a las tinieblas que inundan todo? ¿Cómo podemos "luchar" para no caer en esa oscuridad que en demasiadas ocasiones nos envuelve?
Si nos quedamos quietos esperando a que todo pase lo único que pasará es que acabemos bajo el yugo de la tristeza, del hastío, de la desesperación. ¡No, tenemos que caminar aunque la visión sea ciertamente limitada!
Si nosotros no ponemos de nuestra parte poco o nada se podrá hacer para intentar cambiar el mundo desde nuestras periferias. Si nosotros permanecemos sentados en nuestros cómodos sillones, lo único que en verdad conseguiremos es que nos duela la espalda por estar siempre en esa acomodaticia postura.
Sabemos que por medio de la ayuda de Dios, de la Oración, de la Palabra y Eucaristía que tras la tinieblas está la Luz, que tras la oscuridad está la más bella e inmensa claridad con la cual vemos todo de la forma que es.
Cuando tengas un problema no te acuestes con él porque en la oscuridad de la noche las soluciones no llegan porque las dificultades se engrandecen. Tú, deja todo en Manos del Señor y duerme tranquilo y verás que cuando despiertes y la luz inunde tu vista y corazón lo que era un problema ya no lo es tanto o por lo menos ves con ojos de esperanza que tiene atisbo de solución.
Hoy domingo Cristo nos espera para seguir entregándose en la Eucaristía, hoy por medio de Su Gracia, nuestras tinieblas serán disipadas por la inmensa claridad que es sentirse de Dios.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo. ¡¡Feliz Domingo, Día del Señor!!
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