domingo, 26 de octubre de 2014

desde el tren. 26 de octubre.



Buen día nos de Dios. 

Hoy domingo, día del Señor, contemplemos a Jesús que vuelve a entregarse a nosotros por medio de la Eucaristía.

Hoy domingo, día del Señor, es un buen día para que reflexionemos si nosotros mismos somos capaces de entregarnos a nuestros hermanos en cuerpo y alma por su salvación, de todos sin condición ni excepción.

No tengo por qué está de acuerdo contigo en todo aunque si te comprendo, si te respeto y te amo y ese amor hace que mi mano permanezca siempre abierta para ayudarte en las dificultades, en las dudas, en las confidencias, en la alegría...

Ayudar por quedar bien es un simple gesto de fariseismo de galería, ayudar porque te sale del corazón, porque así estás llevando a Dios por medio de tus gestos y palabras es trabajar por su Reino a cada instante de nuestras vidas.

Ayudar no solo es hacer sino también orar.

Si todos nos uniéramos para ayudarnos los unos a los otros sería una extensión del verdadero Amor que ha nacido en nuestros corazones después de conocer a Cristo que se entregó en vida y muerte en la Cruz por todos nosotros.

Porque a ver, ¿Quien es capaz de Amar de tal manera que se sacrifica hasta morir por nosotros? ¿Somos capaces de inmolar nuestro prestigio, nuestra imagen, nuestra posición, nuestras influencias por llevar hasta el extremo de los extremos el radical Amor que Dios tiene para con nosotros a la vida diaria?

Dejo flotando estas cuestiones en esta mi reflexión para que cada uno se la conteste para sí delante de Jesús Eucaristía ante el cual no hay apaño ni engaño.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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