Buen día nos de Dios.
Hoy mi querido hermano no voy a escribir mucho, esta reflexión diaria que comparto contigo no va a ser para nada larga y mucho menos densa.
Hoy solo quiero decirte dos cosas: ¡Detente! ¡Párate!
Nuestra vida ha cogido un ritmo que es necesario pisar el freno y detenerse para mirar y admirar esa imagen, todos tenemos una, que acerque nuestros pensamientos y oraciones a Dios.
Es necesario pararse para mirar y admirar como la tranquilidad y el sosiego de espíritu empieza a impregnarnos y poco a poco notamos que la presencia de Dios es más nuestra, más personal porque ya forma parte de uno mismo.
Pero para eso; para admirar, mirar, rezar, reflexionar hace falta detenerse. ¡Tan sencillo como eso!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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