viernes, 24 de octubre de 2014

desde el tren. 24 de octubre. Hoy hasta el Caíllo llora en Villaluenga.




Buen día nos de Dios.

La vida no termina en la muerte: ¡Empieza!

Hoy viernes de dolor por la muerte de una extraordinaria mujer de mi bendito pueblo de Villaluenga del Rosario, Ana Barragán que es la matriarca de una querida y respetada Familia como la de los Franco-Barragán ha hecho que escriba esta reflexión llena de esperanza, de fe confiada en Jesucristo que puede aliviar en algo la pérdida física, el vacío diario que ya siente su familias y seres queridos.

Dios nos regala la vida, porque es de Su propiedad, para que nosotros hagamos con ella lo que creamos oportuno, nos da una libertad sin precedentes para que actuemos según nuestras propias consciencias. Dios nos Ama tanto que a pesar de nuestras caídas y equivocaciones está siempre pendiente para que las heridas abiertas se conviertan tan solo en rasguños.

Dios nos regala la vida y la libertad para que actuemos en Su Bendito nombre haciendo siempre el bien, sirviendo a todos nuestros hermanos, ofreciendo esa mano amiga cuando todos los brazos permanecen cerrados. Dios nos regala la vida para que con nuestro testimonio construyamos amor por donde pisemos.

Y ese camino, largo o corto, no termina en el transitar de nuestra existencia sino que empieza con la muerte que es el paso necesario para disfrutar eternamente de la Vida Plena junto a Dios y Su Bendita Madre la Virgen del Rosario.

Hoy nosotros en Villaluenga lloramos esta irreparable pérdida aunque en nuestro fuero interno sabemos que ya Ana goza de la presencia de Dios, que es Feliz y que estando en el Cielo se ha convertido en el mejor salvoconducto que puede tener su marido, hijos, nietos, familia, vecinos, amigos porque estando en la Gloria nos está protegiendo de todo mal tal y como lo hizo en su terrenal vida.

Mi dolor y pesar con su Familia y mi esperanza en Cristo Resucitado que ya cuenta con la presencia de Ana Barragán como uno de sus más fieles angelitos.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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