miércoles, 22 de octubre de 2014

desde el tren. 22 de octubre. Cuando la luz cegadora no nos deja ver la belleza interior.




Buen día nos de Dios.

Ayer escribí un artículo en mi blog Sed Valientes en el que cada uno de vosotros fuera metiendo en su respectiva mochila del viaje de la vida tres cosas que son verdaderamente imprescindibles. Me alegra ver que aunque difícil cuestión estáis respondiendo. 

Ayer lo que hice es un ejercicio de interactuar con vosotros y de auténtica reflexión porque sé que, a bote pronto, es muy difícil el señalar tan solo tres.

Compartir y reflexionar debe ser nuestra meta cuando nos levantamos todos los días. Compartir nuestras vidas con nuestros seres queridos y con los que no lo son así como reflexionar de lo que va aconteciendo alrededor nuestra que si no detienes el paso pueden que pase inadvertidas aunque la tengamos delante de nuestros propios ojos.

Hoy quiero compartir con vosotros una imagen para que os sirva de reflexión porque entre los luminosos y llenos de colores rayos del sol aparece un bello paisaje que bien podría ser nuestro día a día porque muchas veces nos perdemos en lo que brilla, en lo superficial y nos olvidamos de que detrás de lo que nos puede resultar brillante hay un fondo más bello, más cercano, más íntimo que nos lleva a Dios.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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