Buen día nos de Dios. Vamos tan deprisa por nuestra vida que echamos poca cuenta de que nos pasa lo menos posible para tantos líos como estamos metidos a veces.
Dios que nos Ama con locura nos ha designado desde nuestro nacimiento un permanente Ángel de la Guarda para que nos proteja siempre de todo mal. ¡Y bien que lo hace!
¿No has notado su abrazo, su apoyo cuando las cosas andan mal y después resulta que no es para tanto?
En ocasiones la preocupación nos vence, nos ahoga y ni nos deja dormir. La verdad es que casi nunca nos acordamos de nuestro Ángel de la Guarda porque si lo hiciésemos más a menudo seguro que muchos desvelos no serian tanto ni para tanto.
Confiemos nuestra vida al Señor que por medio de nuestro Ángel de la Guarda nos protege siempre y en todo lugar.
Bendigamos a Dios con nuestra vida, con nuestros hechos, palabras y testimonio porque pase lo que pase Él se encarga de protegernos y cuidarnos bien.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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