domingo, 30 de diciembre de 2018

30 de diciembre. En Familia.



Buen domingo Villaluenga.
Buen domingo nos dé Dios.
Domingo que celebramos la Sagrada Familia, domingo que celebramos que el Niño Jesús, centro de lo que es la Navidad, creció al calor de hogar, al calor de una madre y un padre, creció en valores, creció aprendiendo que para conseguir algo en la vida hay que trabajar, hay que sacrificarse, hay que luchar.
Y esa es la enseñanza que hemos sacado todos de nuestras Familias, esos son los valores, esas son las virtudes. El crecer al calor de un hogar es indispensable para que los niños se hagan hombres y mujeres de provecho, que aprovechen sus vidas para hacer algo.
Existen muchas familias desestructuradas, demasiadas diría yo, y no es culpa de los hijos e incluso de sus padres sino de los de mi generación que no hemos querido comprometernos, en gran mayoría, con nuestra Familia, hemos querido darle todo lo que nosotros no tuvimos a los hijos y hemos creado hombres y mujeres vacíos que solo quieren tener más y más cosas con el menor esfuerzo y sacrificio posible. A los niños se lo dan todo hecho y los hijos deben ser educados que no todo se consigue tan fácil, tan gratis, sin ninguna aportación por su parte.
En mi generación no había "sueldos" semanales y me parece muy bien porque estamos acostumbrando a los hijos a la obligatoriedad de pagarles todas las semanas y si al menos aportan algo tiene justificación pero conozco muchos casos que ni eso.
Pero muchos de estos problemas y situaciones pasa sobre todo porque hemos quitado a Dios de nuestras vidas, lo hemos eliminado del centro de nuestro corazón, y entonces empiezan las rencillas, los celos, el mirar con otros "ojos" a otros chicos, otras chicas, y claro entre una cosa y otra todo se va al garete y la Familia también.
He crecido en una buena Familia, mi padre murió cuando era yo demasiado niño, pero mi madre hizo la función de gallina clueca que tuvo a sus hijos bajo su regazo, les enseñó valores y a mí personalmente me transmitió el código de honor que fue el último encargo de mi padre y que pongo en práctica todos los días.
Mi madre junto a mi tía, que todos llamábamos Tata, nos guiaron por el camino de la Fe. En mi Familia aprendí que para conseguir lo más mínimo hay que trabajar muy duro, que si en casa falta algo tu debes aportarlo, yo con 14 años estaba trabajando, y a lo mejor no he tenido una adolescencia y juventud esplendorosa pero si vivo una madurez agradecida, plena donde he desarrollado, lo sigo haciendo a diario, mi capacidad intelectual, profesional, como hombre de Fe y como marido pues mi Familia en esta preciosa etapa de mi vida es Hetepheres y también Dios que está junto a nosotros guiándonos, protegiéndonos, ayudándonos para ser un matrimonio santo.
En estos tiempos tener una Familia es un regalo del Cielo y Hetepheres es mi mayor regalo.
Feliz Día de la Sagrada Familia.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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