Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Domingo de nubes bajas, de lluvia, de frío, de visitar nuestros pueblos que huelen toditos a encina quemada poco a poco en la chimenea, domingo de Dios, de amor, de hogar...
Un domingo así también se puede disfrutar de puertas para afuera porque también tiene ese encanto que da imágenes íntimas que nos a los recuerdos de antaño para los que ya por nuestra edad vamos teniéndolos.
Este mes de noviembre ha vuelto a serlo como siempre y nos ha llegado el frío, la lluvia, el tiempo desapacible que lo teníamos olvidado debido al luengo calor que nos llevaba a diciembre con temperaturas más bien de primavera o el invierno se alargaba hasta el verano haciendo que se perdieran el sentir y vivir las cuatro estaciones.
4 estaciones que en las ciudades y grandes urbes se han ido perdiendo pero que en los pueblos se mantienen gracias a los calores, colores, olores, sentires pues cada estación es bien distinta al anterior y mantiene ese necesario equilibrio que hace vivamos el año con sus componentes naturales.
Hoy domingo es domingo de otoño que se despide para ir dejando poco a poco paso al invierno que vendrá con su recio frío, con la sempiterna lluvia, y si Dios quiere también con la nieve que cubrirá de copos blancos los tejados, campos y calles de nuestros pueblos mientras miles de personas nos visitan y dejan aquí ese tipo de ilusión que solo trae una nevada así como el necesario gasto para mantener las arcas de nuestras empresas y comercios.
Esa nieve que es tan bonita, tan bucólica, tan especial pero que es un motivo de trabajo fatigoso para los ganaderos y personas que se dedican a cuidar a sus animales.
Sí, hoy es un domingo para disfrutarlo a nuestra particular manera, a vivirlo, a gozarlo, y también tener en mente a todos esos que hoy están trabajando a la intemperie mientras la lluvia cae sin miramientos.
¡Feliz domingo!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario