Buen día nos dé Dios.
Jesús es mi Esperanza y en ella me hallo.
Hoy hablando con una amiga me decía que había muchos que desconocían no tanto de la existencia del Sagrario sino de quién habita en él. Es verdad, eso es incuestionable y de ahí el que se vean las capillas sacramentales siempre vacías quitando los incondicionales que han descubierto en sus vidas lo beneficioso de ir al encuentro del Señor y pasar un tiempo sin hora en esa silenciosa comunicación.
Pero la verdad es que no se puede echar la culpa a los que no van sino a esos que pudiendo enseñarles el camino, la trascendencia y la necesidad de ese encuentro no acompañan a tanto neófito en su camino de progresión en la Fe.
Todo rebaño necesita su pastor para que lo guíe y todos necesitamos saber que en ese lugar que existe en cada Iglesia iluminada por una permanente luz roja se encuentra el mismo Dios que se hizo hombre para salvarnos a todos sin excepción, que en ese Tabernáculo que podrá ser más sencillo o más ostentoso, es el lugar donde habita Jesús en Presencia Viva, que no es una imagen a la que ver y tocar, sino esa hostia consagrada se puede tocar con los ojos de la Fe el mismo cuerpo de Cristo que se hizo pan y vino en la última cena.
Por eso la importancia de acompañar a nuestros semejantes en el camino de la Fe pero no porque el sagrario esté más o menos vacío sino por el bien espiritual, por la salvación, de nuestro prójimo que necesita de ese buen samaritano que lo cuide, cure ayude a salvarlo.
Y cuando eso sucede Cristo se hace presente en la vida de cada cual para nunca más irse porque cuanto más conoces a Jesús, más tiempo quieres estar con él porque te digo que crea adicción: La adicción del Amor ofrecido y entregado.
Es inmensamente necesario el que vayamos al encuentro de nuestros hermanos para enseñarles ese Camino que es Verdad, es Vida, es Esperanza y que se encuentra donde esté el Señor.
¡Feliz jueves!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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