sábado, 4 de noviembre de 2017

4 de noviembre. Agua fresca de fuente cristalina.

La imagen puede contener: planta, calzado, exterior y agua

Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Siempre me gusta detener mi mirada como cae agua de una fuente y si esta es antigua mucho mejor.
Ante una fuente antigua se puede imaginar la cantidad de generaciones que han pasado junto a ella, cuantos habrán bebido y restañado la sed en la misma, cuantos se habrán refrescado, cuantos habrán vuelto a la vida, cuantos se habrán limpiado de sus suciedades...
Situarse delante de una vieja fuente que todavía echa fresca agua de la montaña es recrearse en la pureza y la frescura de una vida más bonita, más sencilla, más de uno que la que hemos ido montando y que tanto nos asfixia.
Por eso me gusta contemplar el discurrir del agua, el sonido cuando choca en la piedra, la tranquilidad que transmite...
Y es que pienso todos debemos ser fuentes de agua cristalina y fresca para un mundo demasiado viciado, agua limpia y resfrecante, agua que lava las suciedades, agua que brota con fuente de vida para todos los que nos rodean.
Por eso cada vez que me paro delante de la fuente puedo estar minutos sin saber que pasa el tiempo porque el mismo como la propia vida está en ese caño de agua y en el sonido que lo envuelve.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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