Buen día nos dé Dios.
¿Por qué será que veamos lo que queramos ver cuando estamos mirando algo que no se distingue?
No hay ninguna imagen, de esas que algunas veces salen movidas o desenfocadas, que alguien interprete o su imaginación se ponga a divagar. Y es que en verdad nadie ve lo mismo, nadie percibe lo mismo, nadie siente lo mismo...
Lo que para algunos puede ser la palma de su mano, otros pueden pensar que es una tela y el de más allá lo puede relacionar con algo que le lleva a sus propios recuerdos.
Y es que a cada instante demostramos y nos demostramos que somos únicos y diferentes, somos piezas únicas y exclusivas aunque en verdad le damos muy poco valor a nuestras propias vidas. Todos somos diferente siendo iguales. Diferentes en nuestra forma de ser, pensar, físicamente y también en lo espiritual e iguales porque Dios nos creó hermanos unos de otros donde nadie es mejor ni peor, ni más importante ni menos. En eso debe imperar nuestra igualdad porque en lo demás no es que sea difícil sino simplemente imposible.
Aunque con el paso de los años maduramos y vemos todo desde otro prisma mantenemos la esencia que nos ha acompañado desde siempre y eso en vez de ser algo que ocultar lo debemos mostrar sin rechazo porque el fondo, siempre que sea para el bien, es bueno que se conozca.
¿Cuántas personas son muy cálidas y agradables cuando se les va conociendo y en cambio mantienen una seriedad que en muchas veces nos echa para atrás? ¿Cuántos viven en la pamplina porque se ha endiosado y que al final nada de nada aunque su imagen es impoluta?
Y es que nos quedamos con lo superficial, con lo que se ve, se distingue y no profundizamos para nada para conocer de verdad a los demás sean quienes sean, ocupen el lugar que ocupen en la vida.
Por ejemplo vemos a un mendigo, un traseúnte, pedir limosna o dormir en la calle y miramos para otro lado porque su imagen nos "molesta" y que puede ser una persona extraordinaria. En cambio estamos deseando conocer a ese que está despuntando en la vida, que se ha situado en los focos de atención y cuando rascas un poco ves bien a las claras el por qué su vida es un continuo flash.
Por eso no nos quedemos con la imagen sino que intentemos profundizar en ella como esa foto difusa que nos invita a cada uno tener nuestros propios pensamientos.
¡Feliz Jueves!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo
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