jueves, 31 de agosto de 2017

31 de agosto. ¿O sí?

No hay texto alternativo automático disponible.

Buen día o buenas tardes nos dé Dios.
Aunque la verdad sea dicha no sé a que hora podré publicar esta reflexión pues tengo algunos problemas con facebook y eso me hace estar a expensa si se puede o no aunque escrita está.
Desde ayer que publicara el ángelus no puedo acceder a esta red social por lo cual me disculpo ante los compromisos que tenía y que no pude atender en la medida que me hubiera gustado.
Pero este tiempo de desconexión me ha hecho pensar que aunque necesario porque ejerces una misión, porque estás en comunicación con personas que quieres y te quieren, porque compartes momentos buenos, cualquier red social no es imprescindible para vivir, para nuestro día a día.
Empiezas con poco y terminas angustiado de tanto como ya se te "exige" creándote una obligación completamente innecesaria. Y Facebook como otra red que circula por las calles digitales no puede convertirse en el santo y seña de tu vida, en la primera obligación, en un atroz sometimiento. Bien está el que la utilices racionalmente pero cuando pierdes esa concepción en vez de un medio positivo se convierte en algo negativo para nuestras vidas llegándonos a subyugar como si esclavos de la red pudiéramos ser.
Debo reconocer que intenté entrar en dos ocasiones y ya no lo he vuelto a intentar más. No sé las horas que habrá estado esto parado pero os puedo decir que ha sido un tiempo ganado para mi particular tranquilidad.
Es verdad que llevo a cabo labores de información y comunicación por esta vía y que en estos días se está moviendo mucho ese ámbito de actuación pero el mundo no se para porque se pare Facebook o por lo menos no debería pararse.
A lo mejor es hora de que nos olvidemos de tanta virtualidad y nos centremos en lo personal, en el tú a tú, en el sentir, ver y tocar desde la realidad. A lo mejor es necesario ir recuperando el conversar directamente sin los silencios que ofrece lo cibernetico, a lo mejor estamos todavía a tiempo de volver a nuestros orígenes como personas de carnes y hueso que somos que vamos cambiando por los años, con nuestros pros y contras, que la gente nos recuerde por una simple foto de perfil.
En la red hay mucho bueno y también mucho malo y por eso hay que estar ahí ofreciendo ese mensaje lleno de esperanza, lleno de Fe, lleno de Amor de Dios.
He estado unas horas sin Facebook por los problemas informáticos que sean pero anuncio que la experiencia me ha llegado a gustar y habrá días que aunque todo funcione bien esta aplicación estará apagada o casi porque tampoco es necesario perder el imprescindible contacto con el resto del mundo. ¿O si?
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario