lunes, 21 de agosto de 2017

21 de agosto. Al mal tiempo buena cara.

La imagen puede contener: 1 persona, sentado

Buen día nos dé Dios.
Dice un refrán que "al mal tiempo, buena cara".
Pero que nos cuesta poner buena cara ya sea a buen o mal tiempo.
Parece que si nos ven tristes, desubicados, e incluso apartados los demás van a estar más atentos a nosotros y aunque es así tampoco es bueno cansar al personal con nuestras desdichas porque al final de tanto avisar que viene el " lobo" cuando llega no se le hace caso y pasa lo que pasa...
No soy de los que van presumiendo de sufrimientos pasados y desgracias vividas. Algunos las venden para conseguir sus penosos objetivos. Conozco a algunos pero por favor no me busquéis entre ellos.
Más de una vez me he encontrado a uno que me ha dicho lo que ha pasado, lo que ha sufrido, terminado con la coletilla de que no sé nada de eso. Mi respuesta es siempre una pregunta, que me reservo pues no vendo lo que he vivido, la respuesta es un No categórico y así se acaban las penurias.
No podemos olvidar de que si nos quejamos puede haber alguien a nuestro lado que está mucho peor pero que lo lleva con esa clase de dignidad de saber que nada se consigue abusando de los sufrimientos ya sean propios o extraños.
Para nada el mundo es tan malo, hay tanto dolor, tanta desgracia, no estamos tan enfermos ni tenemos tantos dolores pues aquí en la tierra se cumple ese dicho que "no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista'.
Dejemos de intentar el ser protagonistas, el captar la atención, a base de dolor y sufrimiento y pongamos la mejor de las sonrisas, pongamos de pie y sigamos caminando con la idea de hacer más fácil la existencia de los demás, creando un clima de bienestar, paz y sosiego y aunque los padecimientos nos limiten más de la cuenta piensa que a lo mejor quién está junto a ti está mucho peor y ni se le nota.
La verdad es que prefiero me recordéis con una sonrisa fumando un buen puro y viviendo a mi manera que con cara de pena como si de una cadena perpetua se tratara.
El sufrimiento y el dolor como las procesiones van por dentro.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario