Buen día nos dé Dios.
Todo lo que se expone mucho tiempo a la luz acaba quemándose y perdiendo su inicial barniz.
En muchas ocasiones nos exponemos innecesariamente y acabas siendo arrastrado por uno u otro.
Hay que ofrecer y dar en cada momento en su justa medida porque si no en vez avanzar o testimoniar lo que hacemos es retroceder ofreciendo un equivocado mensaje.
No todo está en venta, no todo debe ponerse bajo los focos, no todo es de todos
Pienso que en este modelo de sociedad nos exponemos demasiado y con ello estamos perdiendo la necesaria intimidad.
Hay cosas que son sagradas para cada uno y solamente tiene que conocerla uno. Es la intimidad más exclusiva y más íntima que existe.
No puede ser que todos vayamos desnudos por la vida entendiéndose como desnudez no la falta de ropa sino la ausencia de intimidad.
Todo es público y por tanto notorio. Todo debe ser mostrado, todos nos hemos convertidos en expositores que nos mostramos en los respectivos escaparates para mayor gozo y también envidia de quienes nos rodean.
Los que nos lo seguirán haciendo y los que no por mucho que te muestre te seguirán odiando. Así está montado este berenjenal llamado mundo.
Soy de los que defiendo, y llevo ya algunos años en la red, que aquí uno debe mostrar sólo lo que debe. Menos a lo mejor es recomendable y más puede llegar hasta pernicioso.
Pero sobre todo nos debemos obligar a mostrar lo bueno que nos rodea, la belleza que contemplamos, lo que puede transmitir Paz y Felicidad a todos.
Lo demás, salvo en casos excepcionales para llamar la necesaria atención, no debe ni tocarse.
Y sobre todo guardar y hacer guardar los momentos, los sentimientos, los pensamientos, más íntimos pues esos son tan nuestros que ni se exponen ni se muestran, ni comparten salvo con quienes quieres de verdad.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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