martes, 1 de agosto de 2017

1 de agosto: Hetepheres y Enriqueta.

La imagen puede contener: 1 persona, sonriendo, perro, niños y exterior


Buenos días Villaluenga.

Buen día nos dé Dios.

Esta fotografía que hoy acompaña a esta reflexión es ilustrativa por su naturalidad aunque en verdad tiene un poso para hacer una meditación tranquila y profunda.

En ella aparecen abrazadas Hetepheres y Enriqueta, las dos mirándome con alegre Fidelidad.

Enriqueta es Fiel porque para ella lo soy todo, es la fidelidad del mejor amigo del hombre, fidelidad ciega sin preguntas y menos respuestas.

Hetepheres demuestra la Fidelidad de la mujer que Dios ha puesto en mi vida para ser mi mujer, mi esposa, mi amiga, mi compañera de un viaje llamado vida, mi confidente, mi consejera, mi Familia por encima de la misma familia.

Es la que aguanta estoicamente mis días malos, mis días de padecimientos, de dolor, con esas esperanzadora sonrisa, con ese Amor absoluto y entregado. Es la que comparte las alegrías y las vivimos unidos.

Hetepheres es la mujer que a los pie del Altar y cogidos de la mano el Señor por medio del Sacerdote nos bendijo y exclamó que lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.

Hetepheres es Fidelidad en la coherencia de la Fe que compartimos y vivimos con pasión.

Hetepheres es Fidelidad en el Amor que es lo que nos da a espuertas Cristo y su Bendita Madre.

Hetepheres es Fidelidad en el Perdón que es lo que nos muestra a diario lo que tenemos que hacer de nuestra vida nuestro Celestial Padre que nos recibe y ama a todos como hijos pródigos que somos.

Hetepheres es Fidelidad por razón, creencia, entendimiento y Amor basado en ese pegamento, en ese bálsamo, que es el mismo Dios.

Y Enriqueta es Fidelidad y Amor porque así también la hizo Dios.

Y doy tantas GRACIAS al Padre por haberme bendecido con una persona como Hetepheres con la que puedo compartir la vida que desde que ella está es explosiva, alegre, sorprendente, vital y siempre llena de Esperanza.

También doy inmensas Gracias porque Enriqueta llegara a nuestras vidas e hiciera que nos fijáramos en esos ojos posados en ningún sitio pero que son inmenso agradecimiento.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo, y que Dios nos siga bendiciendo.

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