Buen día nos dé Dios.
Esperar sentado es una opción aunque personalmente no me lleve muy bien con esta actitud.
Pienso que en algunas ocasiones hay que sentarse y esperar haciendo uso de la bendita paciencia que pase lo que deba pasar. Cuando estás enfermo o muy cansado no te queda otra.
Pero hacer de este comportamiento tu modo de vida no es aconsejable y menos recomendado.
Hay que ser y hacer antes que parecer. Muchos dicen que hacen mucho no comprometiéndose a nada, muchos aportan su granito de arena pero desde esa lejanía en la que ni te mojas, te ensucias, te quemas.
Hay demasiados indolentes y ambiguos que sólo aportan si obtienen personales beneficios y si no se sientan para ver el desfile de los que se comprometen, los que luchan, los que trabajan para hacer un mundo mejor y los que son zaheridos llenos de magulladuras por estar en muchos frentes a la vez.
Esos que no esperan sentados a que algo ocurra sino con su implicación, valentía y decisión hacen que ocurra.
Después los ambiguos se levantan y protestan de que eso o aquello tenía que haberse hecho así o asá pero sin haber realizado el menor esfuerzo que el de mover la lengua asesina para criticar.
Entonces es bueno sentarse, restañar las heridas, reponerse de los frentes que has tenido delante porque cuando menos lo esperas, cuando se sienten los pusilánimes, tendremos que subirnos a nuestro particular caballo de batalla si queremos sembrar nuestra semilla y de este modo comprometido intentar cambiar el mundo a mejor.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario