Buen día nos dé Dios.
Hoy coincidiendo con un problemilla con nuestro coche volví a coger el tren a primera hora de la mañana donde pude comprobar que íbamos los mismos que hace años pero más mayores.
Tan enfrascado estaba escribiendo la carta con la que felicito en SED VALIENTES a Hetepheres por nuestro décimo aniversario que se me fue el santo al cielo y me pasé la estación que debía bajarme. Gracias a Dios no pasó nada reseñable.
Casualmente bajaba en Bahía Sur y me encaminé hacia el trabajo después de tomar el correspondiente café muy cargado de cada día.
Recorrí la calle Real que está muy cambiada pues hacia tiempo no paseaba por ella y cogí la calle Tomás del Valle en otra casualidad pues podría haber tomado otra.
Y pasé junto a la puerta abierta de la Capilla de Adoración Perpetua que me invitaba a entrar pues Jesús me estaba esperando.
Casualidad? No, para Dios no existen las casualidades!!
Y allí recé en la más inmensa tranquilidad mientras mi buena y querida hermana y amiga Mercedes Collantes Faz hacia lo mismo.
A Jesús le di las gracias por estos 10 años de feliz matrimonio, por mi mujer, le di las gracias por mi madre, por tanto cuanto hace en mi vida, por cuidarme...
Le di las gracias por tanto que no cabe aquí y le pedí, le rogué, que siguiera guiando nuestros pasos, que Él fuera determinante en conseguir que seamos un matrimonio santo y dispuesto a seguir trabajando en sus mies donde y cuando disponga.
Encomendé a Jesús y María José que hoy contraen matrimonio cuyo Sacramento los une como marido y mujer, le pedí que fueran muy felices y se quieran, se amen a rabiar.
Sí, llegué por casualidad ante Jesús en cuya Presencia no existen casualidades.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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