Buen día nos dé Dios.
No hay cuadro ni fotografía ni pincel, palabras, letras que pueda explicar lo que siento cuando veo amanecer en ese infinito llamado Villaluenga.
La imagen que acompaña a esta reflexión es una secuencia, un instante, de lo que a cada segundo se puede ver por aquellos lares.
Y es que vivas donde vivas, estés donde estés debes sentir esa inmensa alegría que es ver un nuevo amanecer.
Si, porque nos perdemos en las ramas que constantemente aparecen en nuestras vidas y no nos deja contemplar lo auténticamente bello que nos rodea y tenemos justamente delante nuestra.
Así somos!!
Somos capaces de perdernos lo bonito y bello por estar distraídos en mil tonterías que no llevan a ningún lado.
Es tan simple y tan sencillo como asombrarte con la Belleza de la cotidianidad.
En lo cotidiano está lo accesible porque los sueños pocos se cumplen y al final sueños son...
Malvivimos pensando en el mañana con todo lo que hoy nos ofrece Dios y que está al alcance de nuestra mano.
Aprenderemos alguna vez?
No os ha sucedido cuando estáis de vacaciones que unos días antes estáis con mal carácter porque se van terminando? No veis que con esa actitud estáis destrozando unos días que podríais disfrutar al cien por cien?
Vivimos en el mañana y no disfrutamos del hoy y eso si que es una pérdida de tiempo.
Por lo menos disfrutad de esta fotografía de un día cualquiera en Villaluenga del Rosario.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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