viernes, 8 de septiembre de 2017

8 de septiembre. Cuando era un hombre "importante".

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Buen día nos dé Dios.
Los años pasan y con ellos la forma de ver y enfocar la vida.
Antes, recuerdo, que siempre estaba atento al teléfono, al móvil, a la agenda...
Antes era de los que llevaba un maletín con mi portátil, documentos...
Antes estaba siempre ocupado en mil y una reuniones, actos, porque al parecer era un hombre "importante".
Pero, gracias a Dios, llega un día en tu vida que ves como está pasando la vida y ni te estás dando cuenta. Que esto es cosa de " tres días " y ya hemos consumido uno y medio.
Para mi la enfermedad fue mi necesaria espada de damocles donde ver lo imprescindible de lo que es verdaderamente necesario y lo que no.
Llegó un día que me dejó de interesar el teléfono, que el maletín suponía un peso innecesario, que las reuniones y más reuniones aparte de quitarte momentos de disfrutar con los tuyos en muchas ocasiones sólo sirven para calentar la cabeza y poner fríos los pies, llega ese imprescindible momento en el dejas de ser "importante" para este mundo rodeado de gente tan y tan importante.
Y dejó de sonar el móvil pues ya no era uno de los suyos pues había decidido vivir la vida a mi manera.
Ahora soy de los que llevo unos imprescindibles: El rosario no puede faltar, de hecho lo llevo siempre conmigo. Un buen libro y el teléfono en silencio.
Ahora soy yo el que no cojo el móvil sino es a personas que quiero y me quieren de verdad, contesto mensajes utilizando la misma regla pues la vida no es tontería y hay que vivirla con intensidad según tus criterios, tus creencias, tu coherencia personal y tu forma de pensar.
Y también con una bolsa imaginaria donde echo todo lo que me sobra, todos los malos momentos, las ingratitudes, los recelos, los malos rollos, el critiqueo, el endiosamiento, el sentirse más no siendo tanto, la envidia...
Meterlo todo en esa bolsa y tirarla al primer contenedor que te encuentres.
Es una forma efectiva para lograr estar en paz contigo mismo y ser Feliz.
Y no olvidemos que de gente "importante" e "imprescindible" está el cementerio lleno.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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