martes, 12 de septiembre de 2017

12 de septiembre. En ese infinito donde nos perdemos y también nos encontramos.

La imagen puede contener: océano, cielo, nube, crepúsculo, exterior, agua y naturaleza


Buen día nos dé Dios.

Ese sol que vemos ponerse en el infinito horizonte es el mismo que nos alumbra cada día.

Y es en ese horizonte donde fijamos no sólo la mirada sino nuestra vida que por muy extensa que pueda ser abarca cada día lo que es un amanecer y un anochecer.

Fijarnos en el infinito nos debe relajar pues es cuando percibimos nuestra pequeñez, que por mucho que hagamos o hablemos siempre será simbólico ante la enormidad que nos rodea.

Somos tan pequeños como un grano de arena y nuestra grandeza radica en que hemos sido creados por el mismo Dios a su imagen y semejanza y que además somos únicos, exclusivos.

En lo infinito nos perdemos y también nos encontramos.

Y en eso radica la Felicidad, en sabernos encontrar, en aceptarnos según somos, en perdonar y perdonarnos, en Amar y en querernos, valorarnos.

En ser Felices nos debe ir la vida y la verdadera felicidad radica en compartir con los demás lo que puedas ofrecer pues en nuestro prójimo, en el nivel de amarlo radica nuestro Amor por Dios.

Si yo me porto mal con mi prójimo estoy haciendo lo mismo con el Señor que después de esta vida nos juzgará, como Buen Padre, con Misericordia y también con Justicia, la suya, no la nuestra porque si fuera por nosotros todos seríamos reos de muerte.

Y en ese infinito horizonte que calma y embelesa nuestras almas no olvides que está Dios.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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