Buen día nos de Dios.
En demasiadas ocasiones nos cuesta mucho dar esa oportunidad que necesitan los jóvenes.
Tanto los mayores como los que transitamos la madurez de la vida creemos que estamos más capacitados que los más jóvenes y por eso nunca abandonamos ese barco donde hemos afianzado nuestro día a día.
Un lugar que no se renueva es un lugar condenado a su desaparición. Me entristece tanto que en ocasiones se prive a los más jóvenes de acceder a responsabilidades condenándolos a ese injusto ostracismo en el cual nos instalaron en su día a nosotros mismos nuestros mayores.
Cuántas instituciones y lugares cuando se ven a sus miembros parece una residencia geriátrica? Es normal eso? Pienso que no y además es contraproducente pues se limita mucho la continuidad de las mismas.
Tenemos que apoyar a la juventud, darle su necesario sitio. Todos podemos habitar en el mismo lugar pues nosotros aportamos la experiencia, la sabiduría, la imprescindible madurez mientras los más jóvenes aportan la fuerza, la ilusión y las ganas.
Todos somos necesarios.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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