martes, 12 de julio de 2016

12 de julio. Gris tristeza.


Buen día nos dé Dios.
Los días que a pesar de ser espléndidos, luminosos y alegres sientas desazón, tristeza, angustia y pesar hay que saber afrontarlos porque por mucho sol puede ser que veas todo nublado.
Este estado anímico puede ser porque pienses que tu vida no va como deseas, que todo se tuerce, que no vales nada y lo que es peor: Que no le importas a nadie.
También se produce cuando la enfermedad, los padecimientos aparecen en nuestro discurrir por esta vida. A nadie le gusta sufrir o ver sufrir.
Así esa sensación de nublado tirando a penumbra aparece cuando la muerte, esa invitada que no queremos ni en pintura, aparece llamando a la puerta.
Y es que el dolor hace que un buen día se tercie en amargo y penetrante recuerdo.
En estos casos como en todo en la vida la Oración es el mejor de los antídotos.
En Cristo ves que los sentimientos que a veces nublan la vida no son como pensamos. Que nuestra vida discurre por los senderos que debe aunque no entendamos nada y que en verdad no es que los demás no nos valoren sino somos nosotros los que no nos queremos.
En Cristo, en su vida, Pasión, Muerte y Resurrección nos ofreció y ofrece a diario el sentido al dolor, enfermedad y la misma muerte.
En la Fe que Dios nos regala está todo y a ella debemos aferrarnos en todo momento y situación sobre todo cuando vengan esos días de nublado oscuro que hace que no seamos capaces de ver y comprender nada de nada.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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