domingo, 31 de enero de 2016

31 de enero. Profetas en su tierra.


Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Casi nadie es profeta en su tierra, Jesús no lo fue así que tampoco nosotros hagamos lo que hagamos lo esperemos.
No sé que pasa pero en tu casa, en el lugar del que eres originario, no solo no eres profeta sino criticado algunas veces de forma hiriente y reiterada. Es duro ver y comprobar como los "tuyos" son los que te ignoran cuando haces algo que para otros es de sumo interés y valor.
Son pocos los que destacan en su tierra y si lo hacen han tenido que hacerlo fuera de ella.
Es penoso saber que por mucho que puedas aportar, hacer, ayudar, ofrecer nunca serás ni correspondido y valorado entre los tuyos, los cercanos, los que te conocen desde pequeño. Más bien eres víctima de sus chanzas a modo de desprecios: ¿Qué se ha creído? ¡Si lo conozco de toda la vida!
Esta frase tan repetida ya se la dijeron a Jesús y lo despreciaron clara y abiertamente. ¡Así somos! ¡Así nos mostramos!
Cuando en otros lugares que no los tuyos de nacimiento haces lo que no te permitieron se vuelcan contigo, te hacen suyo porque estás aportando a sus vidas, se entregan con tus proyectos, son siempre agradecidos y te conviertes en uno más porque te abren los brazos.
Mientras en tu "casa" que siguen con la misma actitud despectiva se extrañan que en otros lugares han recibido con regocijo al que bien se encargaron de echar. Extrañeza que en algunos casos llega al mismo odio y el solo hecho de que tu nombre suene es motivo más que suficiente para que el silencio se haga en torno a él, en torno al maldito que en vez de quedarse hundido y encerrado en la celda de la ignominia en el que lo habían encerrado voló y realizó lo que tenía que realizar en otras tierras fecundas.
Tenemos que hacer los que nos pide el Señor aquí o allá y cuando en un lugar te desprecian sal fuera de aquel, sacude las sandalias y sigue tu camino.
Al final cuando ya eres un venerable anciano o incluso un recordado difunto a lo mejor y en el mejor de los casos te dedican un elogioso panegírico aquél que tanto daño te hizo, tanto te criticó y te despreció hasta límites insospechados colocándote honrosas medallas con la que intentan salvar su daño y a la vez se la colocan ellos que por no ser valientes nunca fueron profetas en su tierra ni fuera de ella. Aunque lo más seguro es que ni muerto te perdonen que hayas vivido y sembrado.
Si a Cristo se lo hicieron no pensad que con nosotros va a ser muy diferente.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Hoy quiero dedicar mi reflexión a mi querida Tere Rey Blanco en su día. ¡¡Muchas felicidades!!
Así como a mi querido hermano Pepe Fraile por tantas cosas.
También se lo quiero dedicar a mis queridos Paco Bustamante MorejónJesus Bustamante Morejon en recuerdo y memoria de otro "gran olvidado" su hermano Ignacio Bustamante Morejón.

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