lunes, 1 de febrero de 2016

1 de febrero.



Buen día nos de Dios.
Muchas veces nos creemos que somos capaces de hacer mucho más de lo que sencillamente llegamos a realizar.
El conocernos, el saber nuestros límites y limitaciones, el conocer nuestro horizonte y hasta donde somos capaces de llegar es vital para hacer las cosas bien y además ser felices haciéndolas.
Eso no es óbice para quedarnos lastrados y no movernos de esa baldosa gastada de tanto estar en ella.
Tenemos la obligación de formarnos, aprender, dejarnos aconsejar para atravesar esos límites en los que tan cómodamente nos movemos.
Para subir un escalón hay que estar preparados para ello porque si no es así cuando llegamos a ese sitio donde no sabemos bien como movernos crea sensación de inseguridad y el que vive en ese estado se vuelve en desconfiado y con cierta infelicidad.
Y no olvidemos que el miedo y la inseguridad se transmite con los gestos más nimios.
Pongamos nuestros miedos, incertidumbres, límites en manos de Dios para que nos ayude a ser útiles a cuanto ponga en nuestras manos, que nos haga ver que nunca debemos dejar de aprender y que nos de humildad a la hora de declinar una responsabilidad, una misión en la que reconozcamos que más que aportar llegamos a perjudicar.
Hazno Señor mansos, humildes y pacientes para saber acatar tus designios.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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