Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
Algunas veces ni aun abriendo las ventanas vemos absolutamente nada pues una densa niebla se ha instalado frente a nuestros ojos.
No vemos nada o simplemente no queremos verlo que en definitiva es mucho peor.
Y cuando queremos ver siempre nos fijamos en lo negativo, en lo que se pueda criticar, en lo que nos desagrada de los demás.
¿Seremos capaces de esperar a que se disipe algo la niebla y observar todo lo bueno que nos rodea?
¿Seremos capaces de ver con claridad tantas buenas personas que están junto a nosotros y que apenas le echamos cuenta?
¿Seremos capaces de sentir y experimentar lo hermoso que tiene esta vida que Dios nos regala cada día a pesar de que no seamos capaces de ver más allá que nuestra propia mirada?
¿Seremos capaces de dejarnos de mirar nuestro propio ombligo, quejarnos de lo desgraciados que somos, de lo mal que nos va todo, de que la gente nos olvida y hacer algo para cambiar esa tendencia sobre todo para nuestro propio bien?
¿Seremos capaces alguna vez de ver a Dios en todas las cosas?
La niebla es ese fino velo que enturbia nuestras miradas y no nos hacer ver más de lo que en verdad queremos y por lo tanto la culpa no lo es tanto de ella sino de nosotros mismos.
Yo, cuando abro esta ventana y me encuentro de sopetón con esta densa niebla como ese invitado que quiere entrar en casa me asombro de la belleza, de lo bueno que también tiene, de que cuando se disipe quedará un día precioso para gozarlo, vivirlo y admirar. Y sé sobre todo que allí también está Dios así como tantas buenas personas que todos los días me ofrecen sus manos y hacen tanto bien a todos.
Personas como mi buen hermano Daniel González Novella y mi queridoEmilio Ruano Sellez que hoy precisamente en este día densa niebla que es la más bonita invitada de Villaluenga del Rosario cumplen años y a los que le deseo todo lo mejor y la mayor de la Felicidad.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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