Buen día nos de Dios.
Cada vez que nos sentamos o arrodillamos frente a Jesús lo hacemos con gesto circunspecto, abstraído o serio.
Pocas veces lo hacemos sonriendo.
Cuando visitamos y estamos con un amigo que queremos estamos sonrientes y él también está sonriendo. Porque con Cristo, que es nuestro mejor Amigo, no lucimos de vez en cuando una sonrisa de oreja a oreja?
Un corazón alegre es un corazón agradecido y feliz. Ese es Jesús para todos nosotros.
Hoy, jueves Sacramental y también Eucarístico, podíamos rezar, hablar, escuchar y estar con Jesús con Alegría, con una sonrisa pues quién sonríe pone un bálsamo en el alma y hasta las preocupaciones y padecimientos más atroces se llevan mejor con una sonrisa.
Os diré que en los peores momentos de mi enfermedad, antes y después de la operación, con dolores muy fuertes que me dejaban literalmente en la cama nunca, gracias a Dios, me faltó una sonrisa que me ayudaba a sobrellevar todo y hacía más fácil a las personas que me cuidaban.
Los dolores, los padecimientos, son los mismos lo cambia es la forma de sobrellevarlos y ofrecerlos porque ahí radica la diferencia y eres capaz de percibir bien a las claras la "Sonrisa de Dios".
Hoy, cuando vayas a verlo sonríe por Él y también por ti
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Quiero dedicar mi reflexión a mis queridos García García Martín Juan Carlos Gadea.
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