miércoles, 20 de enero de 2016

20 de enero.




Buena día nos de Dios.

Muchas veces nos preguntamos si en el día que comenzamos nuestra participación servirá para algo.

Muchas veces nos preguntamos si nuestra anodina forma de vivir servirá a alguien cuando dudamos incluso de que nos sirva a nosotros mismos.

Muchas veces creemos que no importamos a nadie pues no hacemos nada que se pueda considerar importante.

Y qué es lo importante?

Nadie lleva una vida tan gris como para que algo, lo más nimio, sirva a los demás. 

Pienso que todos somos un poco referente de todos hagamos lo que hagamos.

Hasta de lo peor se puede tener buenas enseñanzas porque gracias a ciertas actitudes si nos fijamos con detención nos sirve para saber a ciencia cierta que es lo que No debemos hacer.

A lo mejor piensas que hoy no has hecho nada aunque no te acuerdes de esa conversación telefónica en la que escuchaste a esa persona que tenía necesidad de sincerarse o esa actitud generosa cuando te encontraste con aquél que te había hecho tanto daño.

Y de esa anciana que le cediste el asiento? De la escucha paciente a los mayores, a tu familia? O esa palabra de ánimo y comprensión en tu trabajo? O ese gesto de bondad con quienes ni siquiera conocías...

No todos son ejemplos de gran notoriedad sino de lo cotidiano, del día a día y eso es precisamente lo que hace el Señor para decirnos que en cada día eres muy necesario aunque pienses que tu vida demasiado gris y anodina para tus ojos no le sirve a nadie.

Cada día que nos nace es distinto y a la vez apasionante como es la vida, el día a día de todos nosotros. 

Sólo nos hace falta ver con otros ojos.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario