Buen día nos de Dios.
Hoy en la Palabra observamos a Cristo Transfigurado que es lo mismo que decir Triunfante con el que es fácil estar pues todo es alegría.
Pero yo para llegar a esa imagen antes debo hacer mía y amarla con todas mis fuerzas a Jesús desfigurado.
Porque a las maduras a todos nos gusta estar pero cuando viene el dolor, la tristeza y la propia persecución por Él, entonces buen hermano la cosa cambia.
Quiero amar y amo a Cristo desfigurado por el dolor, por la injusticia, por la humillación, por la infamia, por las mentiras que cuentan de Él con el único fin de crearse a Jesús a nuestra imagen y semejanza haciéndole partícipe de nuestras veleidades y obviando de nuestras vidas lo que no interese de la Suya.
¡Qué cómodos y egoístas somos Señor! Y aún así nos sigues perdonando.
Quiero querer y quiero a Jesús desfigurado a causa de la mansedumbre, de la humildad, de la humillación porque de que nos sirve ser encumbrados a los ojos del mundo si no somos verdaderamente enaltecido a los ojos del Señor.
Quiero amar y amo el Soberano Poder de Cristo desfigurado que da su vida por todos nosotros pecadores, por los pobres de cuerpo y alma, por los necesitados de todo y sobre todo Amor.
Sí, yo prefiero ver el rostro de Cristo roto y desfigurado y mirando sus ojos llenos de Perdón y Amor admiro en toda su grandeza la victoria de Jesús Resucitado, Triunfal, Transfigurado.
Y con Él me quedo para toda eternidad.
¿Eres capaz de Amar hasta dar tu propia vida por Cristo desfigurado?
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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