Buen día nos de Dios.
Todos tenemos mucho que decir, contar, hablar y pensamos que nuestra opinión tiene que ser siempre tenida en cuenta.
Muchas veces somos un constante blablablabla que se repite y repite hasta la saciedad y no vemos que solo nos escuchamos nosotros mismos.
¡Y es tan necesario callar para escuchar a los demás!
Piensa que son muchos los que necesitan hablar y no lo hacen porque no encuentra con quién hacerlo y que le de suficiente confianza.
Normalmente el que sabe escuchar también sabe guardar secretos porque no es dado en hablar por hablar.
Y también el que sabe escuchar es de los que les gustan el silencio esclarecedor que te da Dios para asimilar lo que ha sido depositado en el corazón.
Así como los que les gusta escuchar, guardan lo dicho como un tesoro, ansían el silencio cuando tienen que hablar se encuentran con el mismo problema porque hay muy pocas personas tan generosas como para callar y escuchar.
Quiero dedicar esta reflexión a mi querido hermanoJuan Jose Rendon en su día. ¡Muchas felicidades!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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