domingo, 2 de agosto de 2015

desde el tren. 1 de agosto.




Buenos días Villaluenga.

Buen día nos de Dios.

Este sábado es un día maravilloso para seguir compartiendo que es una forma extraordinaria de aprender.

Parece que ciertamente nos encasillamos y no salimos de nuestro pequeño reducto y así nos va. Parece que queremos seguir en nuestro castillo donde todo lo dominamos y de alguna manera estamos o nos encontramos seguros.

Y es que hay que salir más allá de nosotros mismos para compartir con los demás, para aprender a modo de escuchar, de comprender guardando silencio. Es mucho lo que tenemos que aprender para poder decir que estamos viviendo en nuestra propia inseguridad.

Compartir es aprender con los demás y eso es incontestable porque siempre esa persona que tenemos enfrente nos enseña algo, bueno o menos bueno, pero siempre sacamos experiencias de vida.

Compartir momentos de soledad, de íntima y necesaria soledad es aprender lo que te dicta tu corazón y la hondura de tus propios pensamientos. Es bueno ir conociéndose a si mismo porque así sabrás actuar en todos los órdenes de la vida porque no olvidemos que todos estamos preparados para las alegrías, pero ¿Cómo reaccionamos ante el dolor, el sufrimiento, la muerte o cuando caemos en las fauces de la impiedad y la mentira de hacer daño por hacerlo? ¿Estamos preparados para el dolor venga de la mano que venga?

Compartir momentos necesarios de oración sincera entre Dios y nosotros en actitud entregada, a corazón abierto, sintiendo lo que Él te tiene que decir te guste o no pero que es enseñanza de Vida Eterna.

Compartir momentos con los que te aman y quieres así como los que te desprecian, insultan, persiguen o hacen daño porque dándoles su sitio y lugar aprendemos lo que es el Amor.

Compartir imágenes que nos vapuleen el alma por su belleza porque ensimismado en ellas aprendemos que nuestro vivir tiene cosas muchos más bellas de lo que podemos incluso pensar, que en la vida que nos rodea está escribiéndose el más maravilloso poema que ha visto la luz.

Esta flor que sale con los cuidados que le da un querido vecino de mi bendito pueblo nos hace contemplar lo que es la Belleza con solo fijarnos. ¡Pero hay que fijarse!

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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