lunes, 3 de agosto de 2015

desde el tren. 3 de julio.



Buen día nos de Dios. 

Me gustaría que mi cara fuese el reflejo de la mesura, tranquila y llena de Amor que tiene en esta precisa imagen porque significaría que mi alma rebosa en Paz.

Hay miradas que te transmiten paz porque viven en la misma y otras que dicen estarlo cuando sus ojos nos transmiten lo contrario. 

Cuando se vive en la Paz que nos regala el Señor no eres capaz de quedartela para ti solo porque se va escapando entre las rendijas de nuestros dedos para entregarla a los demás. 

Lo que Dios nos regala no es para nosotros sino para que podamos compartirlo con todos los demás. 

Es verdad, el Señor nos regala a nosotros aunque tiene los ojos en nuestro prójimo que es precisamente quien nos rodea. 

Debo confesaros, y doy gracias todos los días por ello, que ya hace mucho tiempo que vivo en Paz de espíritu y conmigo mismo que me reconozco cuando miro para detrás y también cuando sostengo la mirada a mis ojos frente al espejo de mi propia vida que es una forma de decir, de mi propia realidad. 

Y reconozco que este momento de gracia que me ha entregado el Señor nada me turba, impacienta o menoscaba mi ánimo y alma. 

Por eso cuando miro este cuadro de María que está tan cerca me mesura el alma de Paz sentida y compartida. 

A todos sin excepción os deseo PAZ y BIEN en el Amor de Dios.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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