Buen día nos de Dios.
¡ Me gustaría que mi vida fuese como una campana!
Y a cada toque anunciara a todo el mundo que Dios nos Ama, que somos libres siendo sus hijos, que nuestra vida puede cambiar hasta hacernos olvidar a nosotros mismos para entregarnos a los demás pues una sin entrega es una vida vacía.
Anunciar a los cuatro vientos que la paz es posible si nosotros la experimentamos primero y trabajamos para que todos la puedan gozar.
Gritar al mundo que el verdadero Amor existe y no ese que tiene interés y que por lo mismo tiene un fin.
Que el día a día es más fácil de lo que suponemos y por supuesto logramos.
Que todos son necesarios y que su aportación puede ser vital para muchos.
Que la misión evangelizadora es cosa de todos y entre todos la debemos realizar cada uno con sus medios y en el ámbito que Dios disponga.
Que hay actuar con valentía defendiendo la Madre Iglesia y sus pastores aunque literalmente nos partan la cara.
Que nuestra actitud sea un grito rotundo contra tanta necesidad, tantas guerras, tanto dolor y tanta muerte innecesaria.
Que nuestra voz sean para los que no tienen voz incluso para los que por los intereses de un mundo cada vez alejado de Dios no tienen ni derecho a la vida.
Si, quisiera ser campana que anunciara a todos que Dios nos Ama y que con Él nada debemos temer pues Tododeroso a la vez que Justo y lleno de Misericordia y que vale mucho la pena abandonarnos a sus redentores brazos para que sigamos haciendo hoy y siempre según su bendita Voluntad.
Quiero dedicar esta reflexión a. Hetepheres Benítez Collantes porque en los tiempos actuales está siendo vibrante y sonora campana en su defensa de la fe, de la Madre Iglesia y de nuestro Pastor Diocesano. ¡Dios te bendice!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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