Buen día nos de Dios.
¿Qué piensas cuando pierdes tu mirada en el horizonte de tus más íntimos pensamientos?
¿Cuanto tiempo le dedicamos a reflexionar, a meditar, a calibrar a cuantos puede repercutir lo que hagamos o dejemos de hacer?
¿Cuanto tiempo le dedicas al día a orar en la intimidad del Sagrario o en medio de la inmensidad de la obra creadora del Señor al cual sientes tan cerca?
¿Cuanto tiempo le dedicas a tu Familia, tus seres queridos y a esos que incluso no conociéndolos necesitan de ti?
¿Cuanto tiempo te dedicas para conocerte en profundidad? Si no consigues conocerte a ti mismo, con virtudes y defectos, no pienses que vas a dedicarte a los demás pues ellos también serán unos auténticos desconocidos.
Si dedicamos nuestro tiempo en hacer mucho que no perdure estaremos malgastando el mismo porque nuestros afanes debemos ponerlos en enfocar nuestras vidas y afanes hacia la eternidad.
¿Tenemos tiempo o estamos tan ocupados que no tenemos tiempo que perder aunque lo estemos perdiendo?
Y para mimar el tiempo tenemos que pedir a Dios que nos otorgue la virtud de la paciencia totalmente necesaria para dar un frenazo a nuestra vida cuando hemos cogido tanta velocidad que no nos damos cuenta que no por levantarnos antes amanece más temprano.
¿Y tú, cómo estás de tiempo?
Quiero dedicar esta reflexión a mi querido amigo y hermano Pedro Mejías Rguez en su día. ¡¡Muchas felicidades!!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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