Buen día nos de Dios. Parece que el verano no llega hasta cuando sentimos el calor aunque ya agosto va caminando hacia un septiembre más plácido y tranquilo. Parece que nosotros no nos damos cuenta de las cosas hasta que las tenemos encima o nos suceden. Vivimos al día sin dar importancia al mañana. ¿Hacemos todo lo que está en nuestras manos para trabajar por conseguir un futuro mejor para nuestros hijos? ¿Estamos haciendo un mundo donde la paz y la tranquilidad se respire en el ambiente o con nuestras actitudes lo encrespamos más si cabe? ¿Hacemos nuestros deberes? Ayer mientras conversaba me decían analizando una situación muy particular que entendían perfectamente que hubiera tantas guerras en el mundo cuando entre la propia familia existen desafectos ridículos por un comentario o la ausencia del mismo. ¿Nos hemos dado cuenta de que muchos de los enfados, que se vuelven en permanente según pasa el tiempo, se producen por simples palabras? Por no saludar, por algún comentario que ha llegado a nuestros oídos y sin verificarlo le hemos dado crédito, por... Muchos enfados se producen por tonterías aunque no todo es así. Si me siento dolido por un intento de vejación, de humillación, de persecución que ha causado un intencionado comentario si tengo derecho a estar enfadado aunque lo mejor en estos casos es poner pronto las cosas en claro haciéndole ver a ese que tanto daño ha hecho lo que sentimos y estamos padeciendo por su culpa. Creo que no podemos dejar en el olvido muchas de estas situaciones porque nos va creando un daño que a la corta o a la larga se puede volver irreversible. No creo que nos valga la pena sufrir por algo que se puede aclarar y cuando uno va con la verdad por delante nada tiene que temer pues como nos dijo Jesús: "La verdad nos hará libres". Hoy mi intención era no remover mucho las consciencias aunque pienso que "el hombre propone y Dios dispone". Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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