Buen día nos de Dios. Cualquier día es bueno para hacer feliz a los demás. ¡No cuesta nada y vale tanto! Una llamada telefónica a esa persona que necesita hablar de sus cosas, un simple apretón de manos, un sincero beso, escuchar al que nadie escucha, atender a ese que es tan molesto y nos cae tan mal, acompañar al anciano en su soledad, al niño en sus juegos, dar consuelo al triste o enaltecer a quién nadie lo ha hecho. Son ejemplos muy factibles y de hacer que producen Felicidad y estar felices es estar contentos, animados, valorados, con ganas de hace mucho y más. Hoy es un día precioso y tiene de todo para hacernos feliz. Pongamos de nuestro empeño , olvidando nuestros egoísmos y comodidades, y voluntad para serlo y hacerlo porque no debemos olvidar nunca que Dios quiere siempre felices. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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