Buen día nos de Dios. Cuando te provoquen no caigas en la tentación de responder de inmediato porque lo harás desde la sinrazón de la ira que hace que los que así actúan les demos motivos para su afrenta. Tú en cambio calla, medita, pon en las Manos del Señor todas las afrentas, intencionadas descalificaciones, ignominiosos comentarios que solo pretenden crear la duda sobre ti asesinando tu prestigio y tu imagen ante los demás. El Papa Francisco fue claro a este respecto cuando nos dijo que cuando hablamos mal de nuestros hermanos lo que estamos haciendo es asesinarlos. Existe el provocador ocasional y el que hace todo de forma premeditada de forma verbal o por escrito, estos últimos son los más peligrosos y malignos pues aunque quieran aparentar otra cosa solo son sepulcros blanqueados. Cuando te pase esto, reza al Señor que te ilumine, te de sosiego y piensa lo que nos dejó dicho la Hermana Cristina, esa Carmelita santa que está camino de los altares: "Cuando un inocente es agredido y no se defiende, Dios hace hablar hasta las piedras ". Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario