Buen día nos de Dios. ¡Con lo fácil que es todo que difícil lo hacemos! Parece que estamos predispuestos a complicarnos la vida y la de los demás. Nos pasamos los días pensando lo desgraciados que somos y los problemas que nos acucian y no pensamos lo afortunados que somos porque Dios nos ha regalado un nuevo amanecer con las personas que queremos y nos quieren aunque pensemos que estamos solos. La vida hay que afrontarla desde la alegría, desde la valentía, desde la coherencia personal y de fe por muy cansados y agobiados que podamos estar. Vamos a vivir nuestro día a día con felicidad porque así estamos dando gloria a Dios. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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