Buen día nos de Dios. Hace cierto calor por esta parte del mundo, parece que la temperatura ambiente no nos llama sino a descansar, desconectar y de gozar de nuestras respectivas apetencias. No obstante pienso que el tener un corazón predispuesto a trabajar por el próximo no entiende de calor ni frío sino de sentir el Amor de Dios dentro de nosotros. Es lo que hacen a diario los Sacerdotes y con más énfasis los misioneros que se entregan a los olvidados de la tierra ofreciendo su vida como el mayor testimonio de la Palabra de Dios. Ellos son el ejemplo vivo de Dios tiene preferencia por los más débiles, con los necesitados y desfavorecidos. Quiero con esta reflexión dar las gracias a todos esos misioneros que viven y mueren por hacer realidad la Palabra y el Mensaje de Cristo en los lugares dónde nadie quiere ir y lo es peor quieren matar a fuerza de olvido. Mi sincero homenaje y oración a Padre Pajares y todos los religiosos muertos enfermos por el ébola, por cuidar hasta el fin a esos débiles hermanos suyos que gozan del Amor Absoluto de Dios. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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