miércoles, 27 de agosto de 2014

desde el tren. 27 de agosto. A Gonzalo J. Díaz-Alersi.

Buen día nos de Dios. Cuando todo se tuerce, cuando parece imposible ver la luz, cuando el cielo se torna en un fondo negro sin estrellas, cuando el hastío y el cansancio han aparecido en nuestras vidas con clara intención de quedarse hace falta tener cerca de nosotros a personas tocadas con el don de ver la luz donde no la hay. Son esas manos amigas que utiliza Dios como valiosos instrumentos para rescatarnos de la vaga sensación de vacío que creemos que nos está atrapando. La vida con Jesús es una vida en clave de felicidad aunque puedan haber pesares, dificultades y problemas. En un mundo como el que nos alumbra es vital sentir el Abrazo de Amor de Dios porque así entenderemos que no solo no hay perdido nada sino que con Su Ayuda viviremos en Paz con Él y con nosotros mismos. Quiero dedicar hoy mi reflexión diaria a un buen amigo, buen hermano que es esa necesaria mano que nos ayuda a salir de las tempestades que puedan envolvernos pues con su carácter alegre y decidido siempre está dispuesto a navegar y luchar contra vientos y mareas. Mi cariño y admiración para Gonzalo J. Diaz-Alersi. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo

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